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¿Cómo cultivar una relación saludable con la comida?

El acto de comer forma parte de las necesidades básicas que como seres vivos tenemos. El comer nos permite aportar energía y diversos nutrientes a nuestro cuerpo los cuales participan tanto en el funcionamiento interno de nuestros órganos como externo (tener movimiento, realizar actividades que nos gustan)

 

Lamentablemente en los últimos años se nos ha bombardeado con la idea de que comer es un acto que debemos y podemos controlar tanto en  la cantidad como en el tipo de alimentos que ingerimos lo cual ha ocasionado confusión en la población ya que es más fácil seguir  “consejos”  de los “expertos” que reconocer nuestras necesidades y honrarlas. 


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Esto ha generado que muchas personas desarrollen una mala relación con la comida y con lo que el comer significa


A continuación te comparto 5 consejos para cultivar una relación saludable con la comida validando tus gustos y necesidades. 


  1. Olvida la etiqueta de alimentos buenos y malos.  

Aprender a ver a los alimentos con neutralidad, te permitirá disfrutar de ellos. No existe un alimento que sea mejor o peor que otro, eso es un juicio que los seres humanos hemos hecho. Recuerda que las necesidades son individuales por lo que es “bueno” para una persona y para otra puede ser todo lo contrario. 


  1. Aprende a reconocer y respetar las señales de hambre y saciedad. 

Comer cuando se tiene hambre es algo que todos deberíamos de hacer. No hay nada de malo si alguien como 3 o 5 veces por día, ya que esto dependerá del estilo de vida de cada persona. De la misma manera no existe un mínimo o máximo a comer pues no somos robots ni realizamos las mismas actividades diariamente, por lo que puede haber días en que se tenga más o menos apetito que otros y eso hay que respetarlo. 


  1. Reconoce tus gustos y preferencias alimentarias en momentos específicos. 

Es importante tener claro, que los gustos de cada persona son únicos e individuales por lo que no hay nada de malo si prefieres cierto sabor o textura. Una vez que los identifiques, reconoce lo que esos sabores o alimentos pueden generar en ti. Un ejemplo puede ser la típica escena que vemos en las películas de amor que cuando hay una ruptura la chica (generalmente) llora mientras como un bote de helado. Esto puede relacionarse a que el sabor del chocolate le genera felicidad, tranquilidad, es reconfortante… 


  1. Prepara platillos que te sean atractivos a la vista. 

Reconoce qué variedad de colores, preparaciones u orden de acomodar los alimentos en un platillo te hará sentir más cómoda. No se trata únicamente del aporte nutrimental de los platillos si no también de cómo nos hace sentir el verlo y el consumirlo.   


  1. Disfruta lo que comes 

Aunque puede parecer complicado, el dar lugar a nuestras preferencias alimentarias respetando nuestras necesidades hará que puedas consumir tus platillos sin culpa. En algunas ocasiones puede ser útil el comer con atención plena, ya que esto hará que disfrutes no sólo el sabor de tu platillo, si no también la combinación de colores, texturas y aromas… 



No olvides, que toda la información que escuchamos, vemos o leemos no es algo específico para nosotros y debemos reconocer que como seres individuales tenemos diferentes gustos. 

El acudir con una nutrióloga que pueda escuchar con atención y entender tu relación con la comida dando lugar a tus preferencias y necesidades, te permitirá cultivar una relación armoniosa con ella. No sólo se trata de “comer sano” en relación con el aporte de nutrientes, si no de disfrutar tus alimentos involucrando todos tus sentidos. No olvides que la comida no tiene la única función de aportar energía y/o nutrir nuestras células, sino que también nutre nuestras necesidades emocionales, nuestros recuerdos, es decir nuestro corazón. 


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